BioscaBotey se convierte en distribuidor oficial de Lladró. Con el lema “Lladró también es luz”, Biosca ofrece la posibilidad de adquirir las lámparas de esta empresa dedicada a la porcelana y la producción artesanal.
“Si hay un brillo cálido, una luz nítida y sugerente, capaz de asemejarse a la natural, es la luz que se filtra a través de la porcelana”. Así nos describe Lladró la necesidad de elaborar lámparas que sigan la filosofía de la empresa y den una iluminación óptima además de decorativa.
Tras más de 60 años trabajando la técnica de la escultura, en la década de los 50 empezaron a desarrollar luminarias, aunque su esplendor no llegó hasta la década de los 2000 cuando el diseñador Bodo Sperlein, con su proyecto Re-cyclos, impulsó el desarrollo de lámparas y consolidó a Lladró en este mercado. Sus luminarias están llenas de matices y cada una esconde una historia detrás de su diseño.
El objetivo de Lladró es recuperar las sensaciones de la luz natural, por ese motivo sus colecciones giran en torno a un eje de narración que se dibuja en cada una de las piezas que lo componen.
“Siempre hemos sido un objeto de regalo destinado a la decoración del hogar, a ser parte de los objetos que conforman nuestra vida, que nos recuerdan momentos vividos o que simplemente nos gusta contemplar”; así describe Lladró su filosofía y el punto de partida de su trabajo.
Todas las lámparas se elaboran manualmente en la sede de la marca situada en Valencia. La riqueza de los detalles se debe a la elaboración y unión de las piezas por parte de los artesanos, así como la cocción para obtener las 4.000 tonalidades con las que cuenta Lladró.
La luz de sus luminarias se filtra a través de la porcelana, cuya versatilidad y características permiten distribuir y filtrar la luz de una forma singular. El resultado son lámparas trabajadas y con un toque especial, pensadas para dar a la habitación calidez y originalidad.